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domingo, 3 de agosto de 2025

 2025


Han pasado siete años desde la última vez que publiqué aquí.  He entrado por la curiosidad de la limpieza de claves que estoy haciendo precisamente hoy, para poder ordenarlas todas. Tengo cajas de cartón aquí a mi lado, los cajones dispuestos ya en formación militar pero aún le faltan fechas, años, sucesos y creo que algunos no los recuperaré nunca.  Lo más importante creo que es, que sinceramente, no me importa. 

Empezó otra década, una pandemia explosiva que nos confinó a todos y yo he cambiado tanto, que solo me reconozco en las fotos, porque ahí, o ha sido el fruto del protector solar a diario, o que hice un pacto con el diablo en medio de mis locuras y eso si, que no lo recuerdo, como tantas otras cosas. 

Acabo de cumplir 48 y contra todo pronóstico, sigo viva. 

Es difícil pensar que he tenido que esquivar a la muerte desde antes de nacer, sin culpa ni razón. Y algunas otras mas que me han intentado sin éxito, sacar de la partida.  Voy a empezar a pensar que mis ojos rasgados son el indicio de la reencarnación de una gata que se ha agarrado a la vida con las uñas, y que solo se deja acariciar muy poco, llena de desconfianza. 

A pesar de no escribir aquí, tengo cuentas en redes sociales y anoche pensaba en que quizás, como gata que fui, me aparezca alguna noche por alguna ventana sigilosa. 

He seguido escribiendo, estudiando, y recuperándome de aquella muerte. Cuando volví a nacer el 19 de Mayo. Fue tan cruel aquello, que aún no he llegado a recordar por mi misma el año, 21 o 22.  Solo quiero pensar que las isquemias cerebrales brillan por unos instantes ese día, celebrando que aunque estoy llena de cicatrices desde la cabeza hasta los pies, sigo viva.  


No me busques, no me vas a encontrar, ella murió. Soy otra. 


domingo, 3 de junio de 2018

Quemo de frío



Perdón.

Por no haberte amado como hubiera querido, y por no haberme mostrado sin esta coraza que dice que quemo de frío. Perdón por no tener el valor de guardar nuestra foto del beso y de verla a diario y de sonreír, pero imagino que mi sonrisa te llega como el mejor deseo de felicidad en tu vida sin mi. Perdón por desearte lo mejor pero es que no se amar de otra manera.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

cajas de colores



No he guardado nada que no me haga feliz, o eso creo. Todavía me queda despedirme de recuerdos. La verdad es que la idea de ver reducido mi volumen de " todo " a una cuarta parte me hace sentirme bien, porque ahora puedo controlar mejor todo mi orden. 40 años ya, y casi 20 mudanzas...y las que me quedan. Pienso en Buda y sus frases repetidas en redes sociales, en naranjas colocadas en pirámide en una frutería, y en una brújula imantada que tiembla de miedo sin rumbo.  Pienso en ti, en mi, en los resaltos que nos zampábamos con la moto este verano, y en el salto que di de alegría cuando pude volver a abrazarte después de tanto tiempo.
Té soluble en agua fría, cajas de colores, mas marrón que negro a mi alrededor y otro viaje sola.  Me imagino paseando por el parque en ropa deportiva, en que cada vez me siento mejor con menos y en que ahora tengo que dejar de pensar un poco y dejar que todo fluya.
Sólo puedo escribir lo que no puedo sentir, ni nombrar : Vértigo.




domingo, 28 de mayo de 2017

Maché




Los duelos por mal de amores, acompañados de estrés emocional demasiado tiempo, te dejan las defensas en el sótano de una película de terror, sin bombilla oscilante.

Ahora mismo no sé si me duele mas tu ausencia o el oído izquierdo, quizás mi cuerpo se ha fraccionado como en un cuadro de Picasso, arrastrado por el derrumbe de la torre de madera Jenga de mis ilusiones y sueños a punto de cumplirse. 

 Mi alma, es un pulpo con puntos de sutura dolorosos en los tentáculos, intentado jugar al twister, guardando en silencio su daltonismo para evitar burlas otra vez en el patio del colegio. 

Necesito sol, paracetamol, y rezar a algún santo para que los días de viento  se vuelvan albóndigas suecas para mi, sin diccionario,sin mirarnos como rivales, porque estoy a dieta.

Garganta y oídos inflamados. Destemplanza, sudores fríos en la madrugada, y me duelen los tres. Murphy, lo nuestro es imposible, no me gustan las leyes ni los juzgados en una relación.

Yogures desnatados congelados, mis auriculares, el disco nuevo de Lori Meyers, bañarme en el mar, andar descalza... Me han traído flores de papel maché y una palmera esperando a que me recupere. Nos hemos reído todos, con el chiste de la planta para la plantá. Mi humor está en Barbecho porque no puedo dormir apenas, y la siguiente palmera va a ser de chocolate. Con foto incluida de dientes marrones. Sonriendo.

Ya te diré yo, donde la planto. 

No te enamores jamas de una escritora con letras enredadas en los tobillos y en los dedos, adicta al olor de las páginas de un libro, que hasta con fiebre necesita escribir porque sabe que hacerlo, le da la vida. 

Escritora por devoción, Escribiente de profesión.

Febril entre musas del olvido, pero diosas inspiradoras al fin y al cabo que revolotean y juegan risueñas al escondite, en el laberinto de los surcos de mi cerebro. 









sábado, 27 de mayo de 2017

Zero




No puedo esperar algo que no va a llegar. 
No es justo, ni para mi alma, ni para mi corazón encogido, ni para mi dolor.
Ahora es cuando empiezo a creer que todo esto es cierto, que se acabó y que debo continuar sola por mucho que siga llorando. 
Recuerdo el cuento del lobo, cuando llegó por sorpresa del niño incordio, pero en mi caso en vez de ovejas, ha arrasado con todas mis ilusiones.
Ahora es zona Zero.
Aceptar y seguir, colgar los guantes rojos de boxeo.
Desde antes de nacer hasta hoy. 
He perdido tanto que ya no tengo ganas de seguir extraviando amor.

sábado, 20 de mayo de 2017

El muelle.



No te pediré nada que yo no pueda darte, necesito la paz de un amor sano, que colme de serenidad mi corazón. Necesito que compartas mi piel cuando sufro, y que recuerdes cuando yo auxilié tus heridas. Desterremos el miedo, las dudas, el rencor, el orgullo donde la memoria ya no puede abrir los ojos. Necesito que sólo suspiren en tu alma, los momentos felices. Nada mas importa ya, en este muelle abarrotado donde partimos en barcos diferentes, donde mi sol alumbra tu noche, y donde nace y muere al mismo tiempo el mirar atrás con los ojos llorosos en la última despedida.



domingo, 14 de mayo de 2017

Hoy no.





No, hoy no voy a llorar, ni voy a brindar, ni quiero recordar porque no puedo hacerlo sin que me duela. Solo puedo pasar un ligero pestañeo de mi memoria por encima de una caja de bombones derretidos, de un oso de peluche que me mira en silencio, sin entender nada. Y yo le devuelvo la mirada, suspiro y le digo telepáticamente que yo tampoco. Que cuando tocó, que me sostuviera a mi, me soltó de las manos. Que no queda otra, que intentar no pensar y seguir. No, no quiero llorar, aunque me ahogue a ratos y me diga que es por mi misma, pero que con el tiempo, lo entenderé. Ahora tengo que ser fuerte, volver a asumir que sólo me tengo a mi misma, y a seguir caminando.